En 1960 Joaquim Belsa realizo el primer diseño hecho de caña de Manila, se producía de forma artesanal, y esto suponía un coste elevado y un largo período de producción. Estos factores imposibilitaban la producción de grandes series. Según explica su diseñador, la forma del perchero se la sugirió la observación de las formas sinuosas que adoptan las mangueras de riego. En 1964 la realiza de nuevo pero esta vez utiliza tubo de aluminio y un forro de tejido de algodón, para evitar la visión de las soldaduras. Cada uno de los cuerpos que constituyen el objeto consta de dos formas semiesféricas de diferente tamaño que surgen de la misma pieza de aluminio. La parte más grande es la que se sujeta a la pared mediante dos clavos, y la de dimensiones más reducidas queda delante y es la que hace la función de perchero. El grado de separación que hay entre ambas permite colgar más de una pieza diferente (un bolso, un abrigo, una mochila, una cartera, etc.). Gracias a las formas redondeadas del diseño, las piezas de abrigo no sufren desgarrones. Los tres cuerpos están unidos mediante una pieza encolada del mismo tejido de algodón que forra el aluminio. En aquella época se suministraba en dos versiones versión doble y triple. Pese al cambio de material que Belsa efectuó en este diseño, las formas redondeadas, propias de los objetos realizados con caña de Manila, se mantuvieron. Esto demuestra la existencia de una consonancia formal con las ideas del mobiliario más actual en unos momentos en que se tomaban como referentes modelos italianos y escandinavos de carácter organicista. De este producto, fabricado por Aresta, se hicieron diversas series de unos 100 ejemplares cada una. En total, de esta segunda versión en aluminio se hicieron unos 10.000 ejemplares. (Maria José Balcells)

En 2018 hemos vuelto a reeditar el perchero, conservando el tubo de aluminio, eliminando el forro textil y cambiando el sistema de unión, pudiendo alargar dicho perchero tanto como se desee.